Quiénes somos nosotras
(y en qué líos nos gusta meternos)
La conversación fue así.
—¿Qué es la purpurina?
—Es esa cosa que brilla mucho.
—¿Pero qué es, cómo se toca, de qué está hecha? No conozco la palabra.
—A ver. La purpurina es como un polvito que se usa en máscaras, disfraces y manualidades…
Pausa.
—Como te digo, brilla mucho, lo pringa todo con una facilidad pasmosa y cuesta un montón quitarlo.—Ahh, ya sé. Escarcha dorada.
A Esther le faltaba el café de las 11 cuando María le contó que la purpurina se llamaba «escarcha dorada» en Perú.
Así que la palabrita que leyó no fue «escarcha», sino «lluvia». Y ya te puedes imaginar el cachondeíto.
El origen de Café sin Purpurina fue una idea de estas que, aunque parecen locas, luego resultan no serlo.
Y si a una de nosotras se le ocurre una pequeña barbaridad…
…a la otra le falta tiempo para decir que sí, y organizarla.





Lo importante es hacerlo a nuestra manera.
Sin reglas, sin filtros y con naturalidad.
Para que te hagas una idea, puedes darle al play y vernos en acción aquí mismo:
Aquí, Esther Morote
Feliz con sus clientes (y con el café de las 11)

A ella le gusta la tecnología, san Google, san Notion y probar todas las herramientas que encuentra.
Dice que es implementadora WordPress, asistente virtual y project manager.
En realidad soluciona problemas técnicos y logísticos que al resto de la humanidad nos rompen la cabeza.
Es una friki lectora, seriéfila, y no le gusta cocinar.
Aquí, María Polaina
Feliz de ser su jefa (y de pasarse el día escribiendo)

Ella es una faraona del sur.
Desde que se hizo amiga del Feng Shui no hay quien la aguante cree en eso de la abundancia y la armonía.
Se dedica al copywriting, a la estrategia de contenidos y a la consultoría.
Su misión favorita es que la gente mueva el cucu… y no le gusta perder ni a las chapas.

Tómate el café sin purpurina,
pero con nosotras.
Hablamos sin tapujos. No exageramos. También nos reímos.
He aquí la newsletter y el podcast sobre la cara B de la vida emprendedora.