Si vives en el mundo del marketing digital has oído hablar de él, y seguramente lo tienes o lo has tenido alguna vez.
Dicen por ahí que lo sufren 7 de cada 10 personas. Y que lo sufrimos más las mujeres (tenemos más presión, estereotipos arrastrando nuestros pensamientos, más presión social…., pero no nos metamos en ese jardín, que ).
Bueno, aquí tienes a 2.
¿Qué es el síndrome del impostor?
Es básicamente una barrera psicológica, un conjunto de pensamientos/ideas/creencias que nos dicen a nosotras mismas que no somos capaces, o no somos lo suficientemente buenas, a pesar de que te lo diga todo el mundo, a pesar de tener éxito.
No solo es creer que no eres capaz, es creer que no te lo mereces.
En nuestro sector surge mucho cuando empezamos proyectos nuevos que nos retan:
- pero quién soy yo para hablar de esto,
- pero quién va a escucharme a mí,
- pero si yo no soy experta en esto,
- cómo voy a enseñar esto si Pepita sabe más que yo…
Venga, pues vamos a desvelar la verdad.
Si te crees impostora, es que no lo eres. Los que lo son de verdad, no creen serlo.
Por otra parte, eso de parecer que nunca eres lo suficientemente experto cansa.
Y por si se te olvida:
Mucha gente que no quiere conocimientos y expertise, sino la VISIÓN interesante que alguien tenga sobre ellos. Y esa visión, única y diferente al resto, solo se la puedes dar tú. Síndrome del impostor @sinpurpurina por @polaina_maria… Clic para tuitearPor qué está bien quedar con él de vez en cuando
La parte buena del síndrome del impostor es que te mantiene con la mente abierta, te invita a hacerte preguntas y a cuestionar si puedes mejorar.
Y, en su caso, seguir formándote.
Porque ni tanto ni tan poco, prima.
Impostores somos, e impostores seguiremos. Lo importante es caminar en esa incomodidad, y aceptar que siempre andamos creciendo, liándola y aprendiendo. Síndrome del impostor @sinpurpurina por @polaina_maria y @esthermorote… Clic para tuitearCuándo es necesario despedir al síndrome del impostor (o mandarlo de vacaciones)
Este síndrome puede llegar a necesitar terapia psicológica.
En nuestro sector online solemos hablar de él alegremente, cuando nos bloqueamos al lanzar un proyecto y decimos lo típico: no soy lo suficientemente buena.
Sin embargo, también puede llegar a ser un problema serio que te impide llevar una vida normal —sobre todo en compañías o currando por cuenta ajena por falta de estímulos, retos o desarrollo—, y teniendo serias repercusiones en la carrera profesional de quien lo sufre (y de la vida personal y social, como consecuencia).
Todo está hilado.
Porque ya no solo dudas de ti misma, sino que inconscientemente saboteas tu propio éxito, te desconectas de los demás, te estresas por exceso de trabajo, y, seguramente, acabes en un burnout (otro síndrome que da para episodio) muy tocho.
En el emprendimiento esto se refleja cuando nos exigimos mucho, trabajamos mucho y nos comemos el tarro (también mucho).
Parece que cuanto más tiempo, mejor resultado.
Y eso no siempre es así.
Cómo saber si tienes síndrome del impostor (o demasiado)
Aquí una lista de los síntomas más comunes:
- Crees que no mereces tus éxitos, que han sido fruto de la suerte o de ayuda externa, y no de tu esfuerzo o valía.
- No te crees capaz (de lo que quieras hacer).
- Temes que descubran que eres un fraude.
- Tienes expectativas de fracaso ante situaciones que sueles hacer bien (ejemplo: solías sacar buenas notas pero tenías siempre expectativas de suspender).
- Desmotivación por falta de confianza en ti mismo.
- Baja autoestima. Vamos, que no te valoras ni reconoces en ti cosas buenas, valiosas o positivas.
- Sacrificas tu bienestar y autocuidado por el trabajo.
- Ansiedad, depresión e insatisfacción permanente.
Detrás de esto suele haber necesidad de gestión emocional. Pero eso ya para otro episodio. 😉
Tipos de personas con síndrome del impostor
Se habla de 5 categorías, o 5 tipos de personas propensas a este síndrome, planteadas por Valerie Young, una de las primeras doctoras en estudiar este síndrome:
- Perfeccionistas. Las personas perfeccionistas se marcan objetivos altos, a veces utópicos. Y cuando no los alcanzan, dudan de sí mismas, de si es porque no son capaces. Para este tipo de personas, tener éxito no es suficiente: aunque triunfen, sienten que podrían haberlo hecho mejor.
- Expertas. La persona experta que cree que no es suficientemente experta, y sufre en silencio esperando a que a su alrededor descubran que no sabe tanto como creen (pero en realidad sí sabe).
- Yopuedocontodo. Superpersona, como se considera farsante rodeado de profesionales, trabaja el doble para estar a la altura (o lo que él cree que es estar a la altura) y ocultar sus inseguridades. Esta figura es muy común en el emprendimiento.
- Individualistas. No son capaces de pedir ayuda y lo tienen que hacer todo ellos: si piden ayuda se demostrará que no lo sabe hacer. (Holi, aquí María transformando esta historia de pedir ayuda 😂).
- Genios. Si no le sale a la primera, es que es malo en ello: juzga el éxito por sus capacidades y no por su tesón, energía e intención.
Qué hacemos nosotras
Para que el síndrome este no se te haga demasiada bola:
✔️ TIPS HACIA DENTRO
Acciones internas, contigo.
- Reconoce los hechos y no tus sentimientos
- Acepta las felicitaciones y cumplidos. Un «buen trabajo» significa «un buen trabajo», no «no es para tanto», o «ha sido gracias a Pepe»… Di gracias y acepta que LO HAS HECHO BIEN.
- Acepta con igual gana los errores: nadie es perfecto, y de hecho los errores nos ayudan a aprender y mejorar. Fallar mucho mola, aunque este pensamiento no esté extendido. Cuanto más error, más valor.
- Date premios: si consigues algo, prémiate: una ducha relajante, una buena comida, una salidita para celebrarlo… celebra tus éxitos, porque te lo mereces.
- No te compares. Recuerda que tu visión es única. Compárate contigo en el pasado, y sorpréndete de tu propio proceso.
✔️ TIPS HACIA FUERA
Acciones externas, con el resto del mundo.
- Afronta el desafío, el bloqueo o el reto «apretando un poco los dientes». Es pasarlo, incomodarte un poco… y superarlo.
- No dejes de formarte. Nadie sabe todo, ni nadie es perfecto, pero si sientes que trabajas por mejorar siempre, tu chip puede cambiar de “no sé nada” a “estoy mejorando”. Y si no, ya sabes: delega, y a otra cosa, mariposa.
- Comparte y comparte. A veces necesitamos validación, somos seres sociales por naturaleza. Comparte cómo te sientes, y seguramente escuches un: «pero qué dices, tía», que puede ayudarte a sentirte mejor o a motivarte en un momento dado.
Y con esto te dejamos no uno, sino dos desahogos muy del día a día.
Enchúfate, y nos vemos en el próximo café. ☕
Si te ha gustado:
- Invítanos a un café.
- O mejor: conviértete en mecenas.
- Y, cómo no: comparte sin remilgos.
Esther y María