Tomar decisiones tiene dos caras.
Una de ellas se manifiesta cuando sientes que quieres (o no quieres) hacer algo y no sabes muy bien por qué.
Y la otra es la que, cuando piensas hacerle caso a la anterior, te dice:
—Pero loca, ¿qué estás diciendo? ¿Cómo vas a hacer eso?
A ver, a ver.
¿Cómo es mejor tomar decisiones?
¿A qué prestar atención para tomar decisiones: a la intuición, o a la razón?
La sensatez, el sentido común, el raciocinio, la lógica…
La sensación, la corazonada, la voz interior, la intuición…
Todas funcionan de alguna manera. El tema es que, si no hay alineación entre ellas, ni alianza posible, LAS TRIPAS hablan, y el cuerpo (somatización) se queja, con cosas como:
- La pelota en el estómago.
- El nudo en la garganta.
- El dolor de cabeza.
- Las mandíbulas apretadas.
- Que no te venga la regla por el estrés.
- Dormir mal, tener pesadillas.
A quién no le ha pasado alguna vez que ha tenido un golpe de intuición al hablar con alguien, y saber al momento que CONTIGO NO, BICHO, o que, al contrario, JOLÍN, TÚ ME GUSTAS.
Cuando tienes un negocio no hay jefe que te diga lo que tienes que hacer. Eres tú, y tus decisiones. Tu intuición también cuenta. @cafesinpurpurina Clic para tuitearPor esto mismo, es básico saber DESDE DÓNDE las tomas para:
- alinear lo que haces con quien eres;
- atraer lo que quieres sin tener que pedirlo a gritos;
- poner límites cuando sabes que algo NO es para ti… aunque no tengas razones.
Renunciar a un trabajo, dejar un equipo o apostar por una nueva salida en tu vida
Ejemplos como estos son situaciones cotidianas en las que puedes verte con el agüita al cuello porque tienes el dilema interno diciéndote cosas dispares.
La razón siempre va a tirar al miedo, a la inseguridad, a la incertidumbre de lo que va a pasar… porque la lógica no tiene motivos claros a los que agarrarse.
Pero la intuición, desde dentro, te va a gritar en silencio:
—Por ahí no, por aquí sí, eso es lo que quiero.
Y va a insistir, de forma paciente y segura, hasta que le hagas caso.
Esto me recuerda a una cita de Carl Gustav Jung.
Aquellos que no aprenden nada de los hechos desagradables de sus vidas fuerzan a la conciencia cósmica a que los repita tantas veces como sea necesario hasta aprender lo que enseña el drama de lo sucedido. Lo que niegas te somete. Lo que aceptas te transforma.
Si la intuición te lleva por esos caminos que necesitas transitar, la razón debería estar al servicio de esa intuición, no tomar el mando, ni impacientarte ni estresarte.
Cómo resolvemos, qué hacemos nosotras cuando hay un tema entre intuición y razón
María.
Hay veces que tengo diferentes vocecitas dentro y necesito reposar; otras veces tengo clarísimo que es NO, y es NO.
Y lo mismo cuando tengo claro que SÍ (ejemplos: entrevistas de trabajo, procesos de selección, reuniones previas con clientes, leer entre líneas en los formularios, conexión con una persona al conversar con ella…).
Mi truquito es escribir para sincerarme conmigo misma, eliminar los factores que me dan miedo (pensar: ¿qué pasaría si esto que me acojona no fuese un problema?) y responderme por escrito.
Y, luego, hay algo que no falla: esperar unos días y ver qué voy sintiendo, y cómo evoluciona mi sensación frente a mi razón.
Podría decir que me sirvo de la meditación, y de actividades manuales para aclarar ideas, pero prefiero recalcar que muchas veces me llega la inspiración al fregar los platos o tender la ropa.
Cosas incomprensibles.🤷♀️
Esther.
Yo no soy tan mística, por así decirlo, como María. Pero el nudo o la pelota en el estómago es una de las grandes señales.
Hay veces que lo que me ayuda es preguntar y compartir con quien sabes que te conoce y te comprende, porque esas personas te dan el punto de vista desde fuera.
De esta manera, tu razón está tranquila, porque no siente que seas tú sola la que estás medio loca. 😂
Sin embargo, la mayoría de las veces creo que, de forma inconsciente, mi propia intuición sabe a quién tiene que preguntarle.
Y sí, una de las personas a las que pregunto es a María —porque sé que me va a decir lo que mi intuición quiere oír, jajaja—.
En el episodio también hablamos de:
- Situaciones reales al frente de nuestros negocios y trabajos donde la intuición sabía y sabía… pero nuestra razón no se lo quería creer.
- El proceso más óptimo que hemos encontrado para que intuición y razón vayan de la mano.
- La mejor época de nuestra vida para escuchar a la intuición.
Si te ha gustado:
- Invítanos a un café.
- O mejor: conviértete en mecenas.
- Y, cómo no: comparte sin remilgos.
Esther y María