Cuando emprendes por tu cuenta hay algo de lo que NO te puedes escapar.
¿Es la fiscalidad? No.
¿Son las redes sociales? No.
¿Es el síndrome del impostor? Tampoco.
Hablamos, ni más ni menos, que de la tecnología (y, en caso de que no te guste o no se te de bien, el hándicap engorro que supone).
Incluso si tienes un negocio físico te toca pringar parte tecnológica: que si la web, que si el email, que si las redes, que si la nube, que si el programa de facturación…
Abrimos segunda temporada con uno de los episodios más atemporales que puedes echarte en cara.
¿Por qué tanta fobia o rechazo a la tecnología?
Está claro que sin los avances tecnológicos no estaríamos aquí.
No habríamos reducido las colas de las comisarías, los centros de salud y hasta de ciertos restaurantes. Por supuesto, directamente, no tendría sentido estar hablando de tener un trabajo digital como lo tenemos nosotras.
Sin embargo, hay gente que le tiene miedo a la tecnología hasta el punto de sentir ansiedad.
La patología se llama tecnofobia, y viene desde tiempos de la revolución industrial (ojito, que ya han pasado sus años).
El miedo… pero ¿a qué?
Los humanos somos miedosos por naturaleza.
El miedo ayuda a sobrevivir y toda la vaina… pero si te paraliza, mal vamos.
El problema es que temer a la tecnología es temer a lo desconocido, a salir de la zona de confort, a meter la pata y equivocarte si decides arriesgarte…
Y eso al final es un marrón, porque te priva de avances.
Esos miedos hacen que no probemos cosas nuevas, no nos gusten los cambios a los que “nos obligan” las actualizaciones y la sociedad en general, y que veamos la tecnología actual como algo inalcanzable.
¿Qué pasa si emprendemos?
Pues pasa que, si tienes ese miedo a la tecnología, te lo vas a tener que tragar.
Da igual que tengas todo un equipo técnico detrás: si es tu negocio, tienes que controlar mínimamente qué se hace y cómo se hace.
Y no hablamos de que tengas que saber programar una web, pero sí saber por dónde se entra, qué tienes instalado, cómo funcionan tus contraseñas…
En realidad es una RESPONSABILIDAD más que tienes en tu negocio.
Aquí Esther nos regresa a la comparación con la MATERNIDAD: nadie enseña a dar teta, pero tienes que darla; a nadie le gusta cambiar pañales, pero tienes que hacerlo; y puede que a ti no te guste trastear en WordPress, actualizar plugins o automatizar lo que sea… pero si tienes una web, es lo que hay.
Puedes delegar todo en tu negocio, menos la responsabilidad y la estrategia. @cafesinpurpurina. Clic para tuitearY cuando llega la actualización… ¡zacatrós!
Seamos realistas: lo que menos apetece hacer (cuando no eres especialista en ello, al menos) es tener que actualizar todos tus conocimientos tecnológicos conforme cambian las aplicaciones y herramientas.
Pero todo cambia tan rápido que es inevitable que te toque apechugar.
Y, en esos casos, si se te resiste, te aburre o —como le pasa a María— te exaspera. te vamos a ir adelantando algunos consejillos.
Qué hacer para llevarte mejor con la tecnología (y las actualizaciones)
- Busca ayuda. Sírvete de un tutorial, una guía, un vídeo en YouTube que explique el paso a paso. Siempre hay opciones antes de meterte directamente a los leones sin saber qué tienes que hacer.
- Evita el no lo quiero tocar porque lo rompo. No gires la cara, el problema no se va a ir solo. Hazte cargo y predisponte a: lo voy a solucionar como sea, en lugar de caer en la queja.
- Comprende que hay niveles. Puedes saber hacer una cosa por tu cuenta, pero si la cosa es más compleja de lo que esperabas o de lo que sabes, es legítimo que hables con alguien que te sepa ayudar… y que te lo tenga que cobrar porque es su trabajo.
- Practica. Este es el paso más tenso, pero es algo que hay que decir a gritos: no vas a romper internet por trastear una herramienta, o incluso tu propia web. Y si trasteas y la lías, no pasa nada, se restaura la copia de seguridad.
Notas finales: lo que necesitas sí o sí
Cerramos recomendando historias de los imprescindibles para manejar tecnología:
- Planificación y gestión de tareas (si tienes equipo). Estilo Trello, Asana, ClickUp y Notion.
- Email (de diario) y como herramientas de comunicación. Hablamos de Gmail y un buen sistema de inbox a 0.
- WordPress. El lugar donde alojar una web… que luego sepas manejar de forma autónoma.
- Redes sociales. Si las usas, no te pases meses sin entrar, porque es el lugar donde más rápido cambia todo en el ecosistema digital.
- Email Marketing. Si tienes que cambiar un enlace, un botón o un email, no dependas de un tercero.
- SEO. Comprende cómo funciona el sistema, cómo Google rastrea, indexa y categoriza el contenido.
📌 Infórmate. Pide ayuda. Practica. Ten sistemas.
Ten en cuenta que la tecnología no está para hacerte bola, sino para AYUDARTE. Por eso, deberías adaptarla a tu forma de trabajar, NO AL REVÉS.
LA TECNOLOGÍA ES UN MEDIO, NO UN FIN. 😊
Primero, decide sobre el papel: qué quiero hacer.
Segundo, pensar: con qué herramienta lo puedo hacer.
En el episodio también hablamos de:
- La clave de la percepción del valor cuando tienes un marrón con la tecnología
- Cómo gestionar la relación amor-odio que puedas tener con tu web y tus herramientas de trabajo diario
- La diferencia entre la gente que sabe mucho y la que te enseña muy bien
Recursos mencionados en el episodio
- Proactividad en Equipos sin purpurina
- Formación sin purpurina para estar siempre actualizado
- Marketing de contenidos para enseñar de Bohdan.
- La web megamolona de tecnología para terrícolas
Si te ha gustado:
- Invítanos a un café.
- O mejor: conviértete en mecenas.
- Y, cómo no: comparte sin remilgos.
Esther y María