Tras varias semanas sin grabar por los gajes del nomadismo digital, regresamos al micro con ganas de darle al palique.
Y venimos diciendo que la formación es una continua aventura cuando emprendes.
Más allá de la formación universitaria que puedas o no tener (sobre todo si eres millenial o anterior), el boom de los cursos y las formaciones online abren paso a muchas preguntas, dudas y debacles.
¿Es necesario formarse continuamente?
¿Cuándo es momento de parar de comprar cursos o formaciones?
¿Qué papel juega el síndrome del impostor detrás de estar continuamente formándote?
Lo primero: formación continua VS estar actualizado
En muchos casos nos llenamos de cursos que no hacen más que coger polvo. Los bundles. Los ofertones a 1 euro. Los que son gratis.
Hay de todo.
Según Esther, la clave es distinguir entre formación continua (hinchándote de cursos porque sí) y estar actualizado en conocimientos profesionales.
No es lo mismo dedicarte a WordPress o ser pediatra y estar actualizado, que estar haciendo cursos nuevos cada dos por tres sin implementar o integrar nada de lo que incluyen.
De hecho, muchos cursos NO están actualizados.
De poco sirve formarte continuamente si no integras los conocimientos que adquieres.
Un ejemplo real de que el futuro pasa por encima es el nuevo centro comercial que han abierto en la Plaza de España de Madrid:
«El futuro te pasa por encima»
La trampa impostora de la inacción
Mucha gente no sale de la cueva infinita de la formación porque cree que nunca tiene suficiente conocimiento.
Y se pasa mucho tiempo haciendo cursos, y cursos y cursos. Uno detrás de otro.
Sin embargo, hay que HACER cosas para sacarle partido a los cursos y que los resultados de la formación (si es buena) lleguen.
La misma inseguridad que provoca el síndrome del impostor pensando que:
- no lo sé todo
- no es suficiente
- no lo hago bien
se supera haciendo.
¿No sabes todo? No eres la única persona. Haz y aprenderás más.
¿No es suficiente? ¿Cuándo lo será? Haz y aprenderás más.
¿No lo haces bien? Yerra y mejórate. Aprenderás más.
Esto se mezcla con la fuerza, más o menos débil, de voluntad, diciendo:
«Bueno, yo me meto aquí, a trabajar con un mentor o mentora tal, y que me diga lo que tengo que hacer. Y así no tengo que pensar y salgo del atolladero».
Así solo parece que te ahorras lo incómodo: enfrentarte a hacer.
Porque nadie lo va a hacer por ti, por mucha mentoría en la que te metas.
Detrás de la fuerza de voluntad hay una motivación en la que debes bucear para pasar a la acción.
Todo depende del enfoque que le des a la formación.
La formación puede tener forma de libros, de cursos, de programas, o de las propias tendencias.
Equilibra la tuya.
La mente en barbecho: ¿sí o no?
¿De qué te sirve hacer una formación concreta detrás de otra (en modo curso o programa, se entiende) si no integras, aplicas o practicas lo que te deja cada una de ellas?
Dejar la mente en barbecho implica DEJAR DE METER COSAS NUEVAS para implementar lo nuevo que tienes ya.
Como dice Esther:
A programar se aprende programando.
Practicas y aprendes. Y así sucesivamente.
Cómo organizar tu formación cuando no tienes ni idea y lo tienes que hacer todo tú
Esther es clara con esto.
Aprende cada cosa cuando te toque hacerla.
Por ejemplo, si empiezas por la web, aprende a hacer la web, y nada más.
Luego, pasa a integrar con la herramienta de email marketing. Y aprende a trastear la herramienta de email marketing.
Pero no quieras saberlo todo antes de ponerte a hacer nada.
Y si valoras que hacer una formación para despegar o lanzarte te sale caro —en términos de tiempo o energía, no solo de dinero—, siempre puedes quitarte el marrón y delegar.
Y para terminar…
Tengamos muy claro algo importante.
Te vas a equivocar por mucho que te formes.
Es tontería frenarte por querer evitar el error.
Y ojo con las formaciones en las que nos metemos, que los vendehúmos están a la orden del día, y merece la pena investigar un poquito antes de sacar la tarjeta.
En el episodio también hablamos de:
- La anécdota universitaria de María por la que pasó de aburrirse de la contabilidad a que le encantase (y hasta hoy).
- El factor por el que la formación nos gusta tanto y, al mismo tiempo, puede limitarte si te pasas de la raya.
- Los tres tipos de formación para orientar tus decisiones estratégicas.
Recursos mencionados en el episodio
- Episodio de podcast Entiende tu mente, sobre fuerza de voluntad.
- Invicto de Marcos Vázquez, libro sobre filosofía estoica.
- Newsletter de Ire Martín.
Si te ha gustado:
- Invítanos a un café.
- O mejor: conviértete en mecenas.
- Y, cómo no: comparte sin remilgos.
Esther y María