El tema es que parece que, si estás trabajando en casa, puedes coger el teléfono, recibir visitas o llamar a quien sea a cualquier hora del día.
Y no.
Por otro lado, las batallitas con clientes que pretenden que les respondas a la 1 de la madrugada son caso aparte.
Y si hablamos de lo que tardamos en responder al whatsapp… ni te cuento.
Total.
Que hoy Esther se ha explayado —como ella dice, se ha desahogado a gusto— y aquí, servidora, ha puesto sus cuatro puntillitas de «yo no tengo este problema ahora».
(Lo curioso es que, justo después de grabar, la ha llamado una clienta, la ha contactado la librería y han llamado dos veces al timbre en menos de 15 minutos. Un chou).
Cositas de Esther
El argumentario de Esther ha sido muy claro.
- La primera responsabilidad para poner límites es la tuya.
- La segunda clave está en elegir una sola vía de contacto para cada cliente.
- La tercera es, nada más y nada menos, que ser clara con la familia y los amigos, y hacerles entender que esto es un trabajo serio, no la isla de Jauja.
Mejor la escuchas, porque vaya tela, la tía, la cantidad de temas útiles que ha soltado.
Con el mensajero, el marido, las llamadas y el táper… todo en su sitio, oye.
Cositas de María
Suscribiendo todo lo de Esther, el aporte Polaina es uno: hablar, empatizar y usar la asertividad.
Y, cómo no, tener siempre claras tus prioridades.
«Es que te he llamado y no me has contestado».
«Ya, ¿y?»
Las cosas claras hacen que el asunto fluya.
Así que a ser claros, y a fluir.
En el episodio también hablamos de:
- El maravilloso estado mental que nos cortan de raíz con cada interrupción innecesaria que aparece.
- El enemigo al que se la tenemos jurada cada vez que nos sentamos a trabajar. En casa, sí. Pero a trabajar. Y no: el mensajero no tiene la culpa, pero algún que otro mandado, sí.
- Cómo evitar que tu madre, tu tía o quien sea, aparezca con un táper a mitad de la mañana y te quiera organizar el frigorífico mientras tu FLOW se escapa por la ventana.
Si te ha gustado:
- Invítanos a un café.
- O mejor: conviértete en mecenas.
- Y, cómo no: comparte sin remilgos.
Esther y María
P. D.: el ambiente que te toque influye mucho. Dónde trabajes, con quién compartas, a qué te comprometas… y lo sabemos. Si te apetece, puedes contarnos cómo llevas tú esto de la disponibilidad, y si tienes horarios que se respetan o nanai. Nos gustará leerte.