Una de las primeritas preguntas que salen cuando piensas en cobrar por tus servicios es el cómo.
¿Por horas? ¿Por proyectos? ¿Por objetivos? ¿Un mix?
La respuesta sin purpurina está en este episodio.
El meollo: ¿qué es mejor?
Podríamos simplificar separando el tipo de trabajo en creativo y no creativo.
Pero tampoco estaríamos siendo del todo exactas.
Al final la palabra ganadora del episodio es «depende».
Y depende de las respuestas a preguntas como:
- ¿Cómo es tu servicio?
- ¿Qué es más viable para tu negocio?
- ¿Qué es lo que facilita el trato y el intercambio con tu cliente?
El primer formato para trabajar por horas es la típica bolsa de horas.
El segundo es una contratación mensual de X horas.
El tercero es el servicio comodín.
Y la clave está en saber adaptarlo a tu situación con cabeza.
Cómo resolvemos nosotras
Cada una tenemos nuestros truquis y circunstancias. Seguramente a ti también te pase.
En este café han salido situaciones tan dispares que al menos una de nuestras explicaciones coincidirá en algo con la tuya.
Veamos.
Esther: horas, venid a mí cuando yo os lo diga
Un servicio por horas, otro servicio por proyecto, y otro servicio mixto; eso es lo que tengo yo.
Lo adapto según las necesidades del cliente, la naturaleza del proyecto y el servicio, y la flexibilidad que requiera el tiempo de contratación.
Cada cosa tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
Por ejemplo, la recurrencia de unas horas fijas mensuales da la tranquilidad y la liberación de que no hay que calcular nada; todo es ya automático, desde el inicio del acuerdo hasta la facturación.
Lo importante es firmar un contrato donde quede claro —puede ser un email— qué incluye y qué no incluye el acuerdo, y los términos del trabajo.
Y mucho depende de la situación. La idea es encontrar tu propio punto para crear el formato que te vaya bien a ti y a tu cliente.
María: la recurrencia bien, pero las horas para otro
Para mí la máxima es que un proyecto creativo, aunque tengas un sistema, no siempre responde igual.
La energía con la que te levantas influye, pero también lo que te motive el proyecto, la sensación que te genere o lo fluido que tu cerebro esté ese día.
Las bolsas de horas, por ejemplo, me dan estrés.
Hay días que saco un montón de curro en poco tiempo y otros días en que, según cómo esté, tardo hasta tres veces más. Con este panorama las bolsas de horas o facturar por horas no es rentable para mí (ni para mi cliente).
También cobro por tareas que no son rutinarias, sino creativas aunque tengan su estrategia detrás e incluso son recurrentes.
Y uso las horas como comodín.
Para ir cerrando, creo que es importante tener clara la rentabilidad que te da tu hora de trabajo considerando los gastos y la facturación.
En el episodio también hablamos de:
- Cómo conseguir un win-win trabajando por horas, y en qué situaciones concretas sale a cuenta hacerlo.
- El factor por el que NO te conviene trabajar por horas, tanto si estás empezando como si ya llevas tiempo en esto, y sí por servicios.
- El papel de la curva de aprendizaje, y el efecto negativo en la rentabilidad de facturar por horas frente a hacerlo por servicios.
- Cuál es el punto «definitivo» —con lo poco que nos gusta esta palabra— para saber cuándo te conviene o no te conviene un formato u otro.
Si te ha gustado:
- Invítanos a un café.
- O mejor: conviértete en mecenas.
- Y, cómo no: comparte sin remilgos.
Esther y María