De qué hablamos en este episodio
Hoy le toca al turno a uno de los terrores de la mayoría de los emprendedores: los números.
Este episodio nace a raíz de un mastermind donde aquí María —la que escribe— comentó cómo se organizaba y se dio cuenta de que había un boquete importante en el tema.
Lo mejor es que, con la tontería, Esther da casi una masterclass de cómo organiza su Excel, por paneles, pestañas y fórmulas.
Todo tuyo.
Cuál es el verdadero meollo de los números
El problema es que las facturas, los impuestos, la estructura de ingresos y gastos… NOS SUENAN A CHINO.
Dan pavor porque, en general, no tenemos ni idea de finanzas. En el colegio nos meten geografía, química, sintaxis y religión… pero finanzas, no.
Y debería ser como el inglés: básico, y una asignatura específica.
Como no es así, pues pasa lo que pasa.
Llega el día en que tenemos que administrarnos, más allá de gastarnos la nómina que teníamos por cuenta ajena, y se nos hace cuesta arriba, porque sabemos hacer lo que sabemos hacer, pero de números… ni puñetera idea.
Luego, que si la Agencia Tributaria, la Seguridad Social, los gastos desgravables y no sé qué… y así no hay quien se organice ni se entere.
Un estrés.
Y sí, para esto están las gestorías y delegar es el principio número uno… pero qué menos que sepas cuáles son tus números para tomar decisiones en base a ello, ¿no?
Ninguna gestoría toma decisiones por ti.
Ojito, que hay hueco para las frikadas
Las cosas como son.
María estudió Empresariales y se empolló el IVA, el IRPF, costes, ingresos, ventas, derecho, economía y demás a base de examen y créditos troncales y obligatorios.
Así que cuenta con cierta ventaja en esto de los números.
(Además, me gusta, para qué engañarnos. 😂)
Pero creemos que esto NO es determinante del todo.
💡 Nuestras abuelas eran dueñas del sentido común y gestionaban el poco dinero que entraba sin tener que estudiar. Si ellas pudieron salir adelante, nosotros como emprendedores también podemos.
Más allá del contexto educativo y social (al que también damos caña en el episodio sin venir a cuento, todo sea dicho), algo está clarísimo:
No tenemos educación financiera, ni empresarial.
Cuando emprendemos —siempre, en realidad, pero sobre todo cuando emprendemos—, necesitamos hacernos responsables de nuestras cuentas.
Sin miedo. Sin darle muchas vueltas.
Y cuanto antes, mejor.
En la segunda parte del episodio te contamos cómo lo hacemos nosotras para:
- Conocer el balance económico de cada mes
- Tener un sueldo mensual
- Evitarnos sustos trimestrales con los impuestos
- Tener paz mental a final de mes
- Tomar decisiones fiables y con los números en la mano
Esther y María
P. D.1: confesamos que estamos orgullosas de no pasarnos de los 30 minutos para la charleta del café sin purpurina.
P.D.2.: ideal para fregar los platos, darte el paseo, recoger la cocina, barrer el suelo, sacar al perro o hacer lo que se te antoje.